En un barrio muy humilde de Salta, vivía una
familia de campesinos. Los Pérez estaban pasando una situación desagradable y
devastadora para todos. Se trataba de una sequía tan grande que estaba
terminando con las cosechas, los ganados e incluso ya casi no había agua para
beber.
La señora Pérez, sin perder las
esperanzas, decidió acudir a una iglesia próxima. Pasaba horas rezándole a una
Santa llamada Rosa. La muchacha, como buena campesina, repartió el agua escasa
a todos los animales, plantas y a su familia.
En un momento, ya abatida por el
calor y la deshidratación, la joven se desmayó. Luego de varias horas, se despertó al sentir, en su rostro, una
lluvia muy fina.
Asombrada por este fenómeno, se
puso de pie y la precipitación se hacía
cada vez más fuerte y más copiosa.
Agradecida por lo ocurrido, decidió homenajear
a la Santa
llamando a la tormenta tan anhelada, “Tormenta De Santa Rosa”
Escritoras/es:
JULIETA CURCIO
BALTASAR DEMICHELE
ABIGAÍL MESÍAS
NICOLÁS SARIC
TATIANA SEGUNDO
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