Hace
muchos años en una pequeña Isla de China, una joven llamada Alegra y un joven
llamado Hogar, vivían en una cabaña sobre un árbol, al lado de la playa. Cerca
de ese lugar, había un descampado donde ellos realizaron un jardín y una
quinta. Allí cultivaban sus frutos.
Alegra era una chica amable y muy bonita.
Hogar era un hombre bueno y sobre todo responsable.
Un día como cualquier otro, salieron en bote a pescar. A lo lejos, divisaron una
amenazadora tormenta. Con fuerza remaron hacia la playa a avisar a los
aldeanos.
Los
dos querían proteger la quinta y las
plantas que con tanto esmero habían cuidado.
Una vez ya en la isla, Hogar fue a avisar a
los aldeanos para que se protegieran de la tormenta y Alegra se dirigió
hacia la quinta a cerrarla ya que era la fuente de
alimentación de la isla.
La tormenta llegó al lugar. Los aldeanos,
desesperados, corrieron en ayuda de Alegra pero Hogar no los dejó. Sabía que la
tormenta era muy poderosa.
Los jóvenes permanecieron en la quinta muy
asustados…
Después de un tiempo, Hogar, al ver que la
tormenta no paraba, decidió salir en bote a buscar un refugio para los
aldeanos, en alguna isla vecina.
Recorrió pocos metros y lo sorprendió un
rayo. El bote yacía destruido y sobre un pedazo de él, moribundo, quedó Hogar
naufragando hacia la isla donde se encontraba Alegra.
En la Isla , ella había logrado salvar los cultivos y
los aldeanos estaban todos a salvo.
Al día siguiente encontraron a
Hogar desmayado y a su alrededor, pedazos del bote destruido. La joven lo miró
asustada y corrió desesperada hacia él. Al ver que éste no respondía y que al
parecer le quedaba poco tiempo de vida, decidió sacrificarse por él.
Con el poder del amor, besó a su amado y éste
en un acto mágico revivió. La joven, sin fuerzas, cayó sobre la arena a la
orilla del mar. Hogar llevó a Alegra hacia los jardines y la colocó al lado de
las plantas.
El joven, muy deprimido, a su lado vela por
ella. De él cayó una lágrima y milagrosamente salió un resplandor del pecho de
Alegra.
Un brillo interminable acabó con
el suceso…
Luego de unos minutos, donde yacía el
cuerpo de Alegra, nació una flor. Era muy bella con pétalos muy bonitos y
frágiles. Esa flor fue la alegría para el joven Hogar, la que llevó a su cabaña
para que le hiciera compañía en su vida.
Así nació la “Alegría del Hogar”.
Escritores/as:
LUCRECIA AGÜERO
AGUSTÍN PAEZ
SIMÓN PAZ
MATÍAS VARGAS
GABRIEL VEGA
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