Hace muchos
años en Bariloche nació un perro, producto de una cruza entre un caballo y una
perra, lo que generó gran revuelo en esta ciudad.
Este canino no tenía  nombre. Era
bastante colaborador y bueno con la gente pero a su vez, muy maltratado porque
era feo. Solo había una persona que lo quería y lo cuidaba. Ésta se llamaba
Bernardo y era respetado por la gente de la ciudad, aunque era tímido y feo al
igual que el perro: su única compañía.
      Bernardo estaba muy enfermo, y
cierto día, delirando, salió por la calle de Bariloche, cubierta de nieve. El
perro, acostado en el sofá, observaba a su querido dueño con inquietud y
curiosidad, ya que éste no tenía tanto ropaje como de costumbre. 
    El hombre no
llevaba zapatos ni poseía un saco lo suficientemente abrigado para evitar el
frío. Pasó entonces lo inevitable: Bernardo, agonizando por el frío de la
nieve, cayó en el suelo y para peor, éste se golpeó el cráneo y el golpe le
provocó con una grave lesión y perdió la conciencia.
    El can ahora
más cerca de la ventana, se daba cuenta de que su gran amigo no se movía y
estaba tendido en el suelo y sin pedir ayuda, por lo que el perro fue corriendo
a socorrerlo. Mordiendo su ropa,  lo
llevó a la cabaña.
Un humilde y buen vecino vio al animal arrastrando a su dueño hasta su hogar.
Un humilde y buen vecino vio al animal arrastrando a su dueño hasta su hogar.
   El hombre
quiso ayudar pero, repentinamente vio a través de la ventana una rara luz
amarilla que bajaba y subía cambiando a un tono diferente. Asombrado, entró a
la cabaña, dispuesto a ayudar a Bernardo. Rápidamente llamó a los otros vecinos
y todos juntos vieron el acontecimiento. 
    Pero todo
esto tomó un giro inesperado: el perro se arrastraba hacia la chimenea y allí
se quedó unos minutos. Después de reanimar a Bernardo, el animal comenzó a
emitir raros gemidos. Su dueño se acercó, lo acarició hasta que dejó de
moverse. Todos sintieron gran pena y dolor al ver morir al perro. Misteriosamente,
una luz se apoderó del canino, mientras varios cachorritos correteaban sobre la
sala. 
Los vecinos bautizaron a esta raza de cachorros, en
honor a su dueño,  "SAN
BERNARDO". 
Escritores:
ESTANISLAO CHIARALUCCE
FEDERICO GARILIO
ENZO PALOMEQUE
DYLAN SUÁREZ
 
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