Cuenta la leyenda que hace más
de tres siglos, en una provincia del norte de nuestro país, Misiones, una víbora llamada Bio habitaba cerca de una
tribu guaraní. Esta tribu contaba con una costumbre que consistía en que todos los años tenían que sacrificar a una
persona para alimentar a dicho animal.
Un día de esos, un indio
llamado Tehuelle se enamoró de una india
cuyo nombre era Anahí. En la tribu se acercaba el día de hacer el sacrificio,
con tanta mala suerte que Anahí sería la próxima persona que iba a ser entregada;
entonces el enamorado trató de convencer a las personas para que no la sacrificaran, pero estos no
querían.
Para salvarla decidió raptarla.
Se le ocurrió una idea y la subió a su bote para irse los dos juntos, pero la
serpiente tan astuta se enteró , y con su parte trasera del lomo le pegó de tal
manera a la tierra que formó una barranca por la cual comenzó a caer agua del río, formando así “LAS
CATARATAS DEL IGUAZU”.
La víbora tomó al indio y lo
convirtió en los árboles que vemos ahora y con el cabello de ella, creó flores.
El monstruo, a partir de ese día, se escondió en la garganta del Diablo para
evitar que ellos se vieran, pero sin embargo al salir el sol, los enamorados se
volvían a encontrar.
Escritoras:
JULIETA CARO
FLORENCIA VILLALBA
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